sábado, 24 de junio de 2017

ORGULLO GAY

                                    La calma del encinar
                           ORGULLO GAY

                                                           Tomás Martín Tamayo
                                                           tomasmartintamayo@gmail.com
                                                           Blog Cuentos del Día a Día


La respuesta a la represión suele ser la algarabía, el exceso y la excentricidad. A veces también la ira. Así podemos entender que homosexuales, lesbianas y demás estaciones de diversidad sexual, muestren euforia festiva para celebrar su condición, como si la misma fuera un hecho extraordinario, de los que rompen esquemas, desalambran y abren fronteras. Se sienten orgullosos por ser gais, como si los demás nos avergonzáramos de nuestra condición de heterosexuales. Oyendo a algunos/as, parece que la homosexualidad la han inventado ellos. Después de la tempestad llegará la calma y cuando ser homosexual no sea un signo diferenciador, cesarán estas manifestaciones que en algunos aspectos chirrían.

Me parece normal que, todavía, el desfogue estridente siga siendo como un grito de guerra para ellos, porque durante siglos, con paréntesis muy cortos, han estado perseguidos, señalados, marginados, encarcelados y sufriendo otras medidas más injustas e infamantes, porque hay países donde, todavía,  la homosexualidad se paga con la horca. En España la homosexualidad no estaba penada por la Ley, pero al homosexual, al menor parpadeo, se le aplicaba la “ley de peligrosidad social”, que era una especie de cajón de sastre, donde cabía cualquier conducta que se considerara atípica o contra las “buenas costumbres”, dejando ese juicio al criterio del censor de turno, porque entre los homosexuales también había clases y los que pertenecían a estatus sociales altos, parece que eran menos homosexuales que los del arrabal.
 



No hablo de memoria, he tenido alumnos en la prisión de Badajoz cuyas penas estaban envueltas en la justificación de delitos menores, pero la causa real era su inclinación sexual. ¿Se curaban, modificaban su tendencia después de unos años de cárcel? La pregunta es tan retórica como estúpida, lo sé. Los centros penitenciarios de Badajoz y Huelva, supuestamente, estaban “acondicionados” para el tratamiento de homosexuales, aunque jamás supe en qué consistía el “acondicionamiento”, ni cuales eras las pautas a seguir para el “tratamiento”, aunque, como maestro, yo debía ser uno de los especialistas “capacitados” para modificar la conducta de mis alumnos. Nunca creí en semejante tontería y jamás recibí una instrucción al respecto, lo que viene a demostrar que la de Badajoz y  la de Huelva, eran prisiones como todas las demás, pero con la singularidad de un nombre diferente.

Durante diez días celebrarán en Madrid la Word Pride (capitalidad mundial de la diversidad sexual),  en la que se darán cita  más de tres millones de participantes. No es asunto menor porque el turismo LGTBI mueve más de 6000 millones de euros/año en España y, al margen de esta fiesta mayor, se prodigan reivindicaciones/celebraciones en la práctica totalidad de las comunidades y capitales. En Badajoz tenemos la “Fiesta de los palomos”, que puede considerarse como un ensayo de la del Orgullo Gay. Y al rebufo del movimiento, no dejan de surgir guiños oportunistas y exagerados. En Villanueva de la Serena, van a levantar un monumento para recordar a Paco, “El Chocha”, un homosexual muy conocido porque distribuía la prensa, pero al que no se le reconoce otro mérito extraordinario que el de ser homosexual.

Creo que en España la diversidad sexual está tocando cotas de normalidad y que,  aunque queden refugios carpetovetónicos, no hay discriminación y, si la hay, es positiva porque en algunos sitios se puntúa para acceder a viviendas sociales e incluso para perpetuarse en monumentos. O trabajar en Telecinco.


Y a descansar, en septiembre volveré,  si Dios quiere y con permiso de la autoridad.

No hay comentarios: