La calma del
encinar
UNA FUENTE CON CHORRITO
Tomás Martín Tamayo
En “Bienvenido, Mister Marshall” todos los vecinos de Villar del Río
hacían cola para formular su petición a los americanos: un cabezal para la mula,
un espejo grande, mapas de colores, dos sacos de abono, una bicicleta, una
máquina de coser, un clarinete, un traje con corbata, una vaca… pero Pepe
Isbert, reunido con las fuerzas vivas el pueblo y en su papel de alcalde,
demostró generosidad, visión política y pragmatismo, elevándose sobre las
peticiones de los demás: ¡Una fuente con chorrito! La aclaración era pertinente
porque no es lo mismo una fuente sin vida, aunque esté iluminada y con
pececillos de colores, que una fuente con chorrito. El chorrito es lo
importante, lo definitorio, lo que hace de la fuente una fuente con alma y no
un charco cercado en el centro de la plaza. Después, ya se sabe, los americanos
pasaron de largo y no dejaron la bicicleta, ni el espejo, ni el clarinete… y
Villar el Río nunca llegó a tener una fuente con chorrito.
Pues en esas estamos y, sesenta años después, nos siguen echando el
mismo discurso desde el balcón del ayuntamiento y prometiendo la misma fuente
con chorrito, que no acaba de llegar. Acudimos al engaño que nos ponen delante
y con él nos entretenemos hasta conocer el origen del algodón con el que se tejió
la pañoleta roja, porque solemos opinar sobre lo que quieren que opinemos. Así,
el tema cumbre para inaugurar el año ha sido la convocatoria que hicieron en Durango para homenajear a los
presos etarras, excarcelados recientemente. La fuente con chorrito, vamos. Ya
no nos indigna la puesta en libertad de los fulanos, autorizada, consentida, bendecida,
auspiciada, acelerada… porque ahora han decidido que el debate sea sobre si un
juez debió o no autorizar semejante acto de exaltación a los terroristas,
liberados fruto de un pacto que se hizo en la etapa de Zapatero y que se está
cumpliendo en la etapa de Rajoy…
Pues nada, lo aceptamos, pero si
han sido excarcelados y puestos en libertad con el purismo y la celeridad que
se usa cuando conviene, resulta anecdótico que a unas personas libres las
vitoreen en su pueblo, o les pongan pétalos de rosas a su paso, aunque ahora
-¿otra fuente con chorrito?-, hayan detenido a los organizadores del homenaje. Primero
abrimos la herida y después no sorprendemos porque la herida sangra y nos
salpica. Fruto de ese mismo pacto, que ya no se atreven a negar, ETA pudo
presentarse, bajo la denominación de Bildu, a las elecciones generales,
autonómicas y municipales, con el consiguiente éxito electoral que puso en sus
manos un enorme poder político y económico, pero acto seguido nos molesta la presencia
de los representantes de ETA en esas instituciones y hasta nos indignamos
porque los fulanos, a los que hemos dado el título de “excelentísimos”, puedan
soltarnos sus arengas desde la tribuna del Congreso de los Diputados.
¡Lo importante es mantener la
ilusión en las fuentes con chorrito! Los americanos pasaron, pero aunque no
hayamos entendido ni una palabra de la explicación que nos dio Pepe Isbert,
seguimos soñando con la fuente de chorrito. Pan y circo para los romanos,
fútbol y toros para Franco y ahora fuentes con chorrito… ¡El cambio es
espectacular, el progreso es evidente!
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