La calma del encinar
REDOBLES DE TAMBOR
Tomás Martín Tamayo
Una responsable institucional del
Partido Popular de Extremadura, de dilatada experiencia y profundas
convicciones religiosas, aseguraba ayer ante un grupo de personas que las
declaraciones de Monago, de raíz democristiana, sobre el aborto han molestado
profundamente en el partido, a nivel nacional, regional y provincial, porque su
línea de desmarque, al margen de la ideología, perjudica electoralmente al PP.
Aseguraba haber hablado con Soraya Sáez de Santamaría y que la vicepresidenta
del Gobierno, le había comentado que Monago “no era consciente del daño que
hacía con tanto redoble de tambor, porque nunca iba a convencer a la izquierda,
pero podía ahuyentar a la derecha con sus salidas estrafalarias para lograr
titulares, y que para resultar creíble,
antes de hacer esas declaraciones debería dimitir y pedir la baja en el
partido”. ¿Y qué vais a hacer?, le preguntaron. Nada, porque aquí el que se
mueve no sale en la foto y Monago lo controla todo mediante testaferros que
tiene situados en los puestos claves.
Consciente o no de la
trascendencia de lo que dice, es evidente que Monago busca titulares y que
“romper cristales” como hacía Ibarra, su alter ego, viene siendo la esencia de
sus dos años y medio como presidente de la Junta. En el partido y en el gobierno
regional son conscientes de que toda acción política tiene que ser previamente
cocinada en el departamento de propaganda que, con más de veinte personas,
dirige Iván Redondo. Este, ejerciendo de “consejero de ocurrencias” ha llegado
a poner firme a algún consejero por haberse extralimitado en anunciar algo sin
su supervisión. La verdad es que eso de
“que nadie puede obligar a una mujer a ser madre”, al margen de
interpretaciones, viene a chocar de frente con otras declaraciones de Monago,
que siendo ya líder del PP extremeño y refiriéndose a la ley de interrupción
del embarazo, promovida por el PSOE, durante el Gobierno de Zapatero, dijo, con
la misma solemnidad con la que ahora ha dicho lo contrario: “…Para ustedes, por
encima del derecho de los padres está el derecho de los menores a abortar, y
esto es aberrante en nuestra sociedad y esto es una quiebra en nuestro sistema
de valores… Es aberrante para quien es médico, para quien es padre, para quien
es cristiano y para quien tiene sentido común…”
¿Ha dejado de ser aberrante o ha
perdido Monago el sentido común al que apelaba? Sencillamente han cambiado sus
circunstancias y, como buen “relativista”, ahora hace suyas las palabras
de Groucho Marx: “Estos son mis
principios, pero si no le gustan tengo otros”. Son ventajas de los que tienen
un pié capaz de entrar en cualquier calzado.
Sus socios de IU han presentado
una iniciativa para que en la Asamblea de Extremadura se debata la “ley
Gallardón” y, en el importantísimo departamento de propaganda, le cocinaron a
Monago un discurso a medida, cuyo contenido ignoraban en el partido e incluso
en el Consejo de Gobierno. El problema de la propaganda y de las ocurrencias es
que buscan siempre el impacto mediático, sin medir el alcance a medio y largo
plazo y que Monago, después de tantos embolados, todavía sigue confiando su
suerte en la acaparación de titulares, intentando a la desesperada hacerse un
sitio al sol, aunque tenga que jugar a la ruleta rusa con el revólver que le
ponen en las manos. A fin de cuentas, la sien que puede saltar es la de Monago
y a Iván Redondo y Asociados, siempre les queda el recurso de irse por donde
vinieron… ¿Y Extremadura? Eso no toca.
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