sábado, 7 de diciembre de 2013

EL CHOCOLATE NO ENGORDA

                      

La calma del encinar
                      EL CHOCOLATE NO ENGORDA
                                                           Tomás Martín Tamayo
                                                           tomasmartintamayo@gmail.com

Los medios de comunicación, casi a la desesperada, intentan ofrecer algo positivo en medio del maremágnum de malas noticias que tienen que trasportar a diario, pero como no abundan ni son fáciles, cada vez que salta una fruslería de media sonrisa se aferran a ella, para darnos un respiro en medio de tanto despropósito. Recientemente el protagonista ha vuelto a ser el chocolate, porque resulta que un grupo de científicos de la Universidad de Granada ha llegado a la misma conclusión de Hernán Cortés, que en una de sus cartas a Carlos I, le aseguraba haber probado una bebida indígena, a la que llamaban xocolatl, que aportaba vigor, no engordaba y daba a los soldados fuerza para soportar trabajos duros y todo un día de marcha. Supongo que lo de unir en la misma frase los vocablos “marcha” y “chocolate”, fue sin intención premonitoria, pero, a lo que íbamos, los profesores granadinos también han comprobado que el chocolate no engorda.

Pues estupendo, un sabroso notición que, aunque solo sea para incordiar, merece matizarse. Pongamos en un recipiente un puñado generoso de bayas de cacao refinado y añadámosle a la pasta leche, azúcar, miel, manteca, especias, frutos secos o confitados, licores… ¡Ya tenemos un exquisito bombón! El xocolatl o el chocolate no engorda pero el azúcar, la leche, la miel o la manteca no dejan de ser lo que son porque se mezclen con las bayas del cacao. El agua tampoco engorda, pero si se mezcla con harinas, grasas y azúcares podemos llegar a la conclusión de que es fatal para el colesterol. ¿Engorda la lechuga? Pues claro que no y no se necesitan muchos estudios científicos para llegar a esa conclusión, pero ¿quién se come una lechuga? Los condimentos mínimos para una ensalada sencillita son la sal, el vinagre y el aceite, que engorda mucho, aunque nos quieran vender que si es de oliva la cosa se atenúa.

Contra el azúcar refinado surgió una campaña feroz porque engordaba muchísimo, tanto que acabó poniéndonos a todos en manos de los edulcorantes artificiales, pero después vino la ofensiva de las multinacionales azucareras, que nos descubrieron que, fruto de concienzudos estudios científicos, se había descubierto que los edulcorantes producen cáncer. ¿Era verdad? Parece que sí, pero no nos leyeron la letra pequeña del estudio, que decía que era necesario ingerir una media de dos kilos de sacarina al día durante diez años para que el cáncer hiciera acto de presencia. ¿Conocemos a alguien que ingiera dos kilos de sacarina al día y durante diez años? Pues eso. Son las medias verdades que se propagan con intereses comerciales y que curiosamente todo es fruto de “rigurosos estudios científicos” elaborados en alguna universidad, que casi siempre suele ser la de Massachusetts, aunque en el caso del chocolate nos cae algo más cerca porque el descubrimiento lo han hecho en la Universidad de Granada. Calvos han debido quedarse.


Pronto descubrirán que el cine no engorda y nos lo venderán como un descubrimiento maravilloso, por supuesto de la Universidad de Massachusetts. ¿Engorda ir al cine? Ver una película no engorda, pero si la vemos con un bol de palomitas, cocas, chuches y garrapiñados diversos, del cine salimos pesando medio kilo más. Y para acabar un chiste malo: ¿El  turrón engorda? ¡Nada, nada, en absoluto, el turrón no engorda! Engorda el que se lo come. Yatá.

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