La calma del encinar
CALCETINES AMARILLOS
Tomás
Martín Tamayo
Yo tengo un billete de 500
euros y aunque es absolutamente legal en su origen y en su manufacturación, lo
he sacado a pasear en varias ocasiones, pero no he logrado desprenderme de él
porque nadie me lo admite. Es un billete maldito que no sirve ni para llenar el
depósito del coche porque en la gasolinera prefieren darte un crédito acelerado
de 50 euros antes que hacerse cargo del muermo. Argumento que es un billete de
uso legal y me contraargumentan señalándome un cartelito en el que dicen que no
admiten billetes de 500 ni de 200 euros. ¿Es legal no admitir billetes legales?
Puede que se me esté cimentando un complejo de culpabilidad, pero yo creo que
incluso me miran de mala manera, como si al intentar pagar con un billete de
500 euros estuviera haciendo una proposición indecente. No me extrañaría que al
salir del establecimiento llamaran enseguida a la policía: “¡Oiga, que acaba de
salir un tipo que ha querido pagar con un billete de 500!”.
Mi billete y yo llevamos tanto tiempo juntos
que el día que me lo admitan en algún comercio me despediré de él con un beso.
¿Qué puedo hacer? Como no conozco a nadie que los haya visto e incluso el
ministro de Economía asegura que “yo nunca, he visto en mi vida un billete de
500 euros”, por el módico precio de un euro estoy dispuesto a enseñar mi
billete y por algo más incluso dejaré que lo toquen y que se fotografíen con él,
así es que a partir de ahora no hay disculpa para la ignorancia porque por muy
poquito se puede salir de ella. Descubierta ahora la rareza de mi posesión,
espero que incluso me inviten, previo pago de su importe, a algún programa de
televisión. Ya me lo imagino: “¡Y ahora, señoras y señores, damos paso a un
señor que tiene la desvergüenza de poseer un billete de 500!”.
La medida de retirar de la
circulación a los billetes de 500 euros para luchar contra la economía
sumergida y la corrupción es desternillante porque ¿qué culpa tienen los billetes de que haya
piratas, narcomangantes, bárcenas de todo tipo, hijos de p… de todo color,
sinvergüenzas múltiples y profesionales del trinque? Mi abuela decía que el que
evita la ocasión evita el peligro, pero ¿no tienen peligro los billetes de 200,
100, 50…? Pues con cien billetitos de
cinco ya tenemos los quinientos. PSOE e IU han propuesto retirarlos y De Guindos
respalda la iniciativa que días atrás presentó Rubalcaba como una solución tan
lúcida como original para acotar a los corruptos. Inventos del TBO, como aquél
de hacer pública la declaración de la renta como garantía de que no se ha
mangado ni recibido sobrecito alguno. A IU, a Rubalcaba y a De Guindos yo le
regalo otra solución mágica para luchar contra la corrupción: calcetines
amarillos. Usando calcetines amarillos se acota el espacio a los corruptos
tanto como retirando los billetes de 500 o presentando la declaración del IRPF.
Y es menos lioso.
Chorradas, chorradas y
chorradas. También decía mi abuela: “Anda hijo, déjalos, que mientras van y
vienen se entretienen”. Pues eso.
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