lunes, 22 de abril de 2013

LA GALLINITA CIEGA


LA GALLINITA CIEGA
  Tomás Martín Tamayo



El 97, 46% del Fondo de Reserva de la Seguridad Social, está invertido en deuda pública española. La noticia interesa poco o nada y ha pasado de puntillas, porque parece que los españoles no prestamos atención a estas “pamplinas” que, sin dramatizar, pueden poner en riesgo el pago de las futuras pensiones. Sé que este artículo va a resultar aburrido incluso para los afectados, porque  es mucho más interesante dedicar horas de debate, artículos de fondo, portadas y titulares al robo casero que ha sufrido una pobre drogodependiente, famosa por llorar, gritar, gesticular y ser la hortera mayor del reino. ¿Las pensiones? Son muchos los trabajadores que cotizan para engrosar ese fondo, la hucha de la jubilación, que tienen asumido que el sistema va a cambiar y que ellos cuentan con escasas posibilidades de ser beneficiarios de unas asignaciones que deberían tener garantizadas. Cobrar por una jubilación, tras cotizar 35 o 40 años,  no es entrar en el marco de la beneficencia, sino recibir parte de lo que hemos ido depositando para este fin.

¿Pueden jugar con ese fondo hasta invertirlo en su práctica totalidad? El Gobierno lo ha hecho y, lo que es peor, huyendo de la prudente diversificación del riesgo, han puesto todos los huevos en el mismo canasto, invirtiendo el 97,46% de nuestra hucha en deuda pública española, para huir de un rescate que aún no se descarta y que, como ha ocurrido en Gracia, Chipre y ya veremos Portugal, obligaría a quitas importantes en la deuda soberana. La destreza que está demostrando el Gobierno  para paliar la crisis no es precisamente tranquilizadora y como  muestra de su visión ahí está la Reforma Laboral, que impone un modelo productivo basado en salarios bajos y alta precariedad. La traducción inmediata ha sido menos crecimiento, más paro, más déficit presupuestario y mayor deuda. ¿Les importan estos juegos malabares a los pensionistas de mañana? Evidentemente no, mañana ya tendremos tiempo de llorar, protestar y patalear. Tenemos asumido que “el mañana no existe” que es algo tan racional como proclamar en verano que el invierno no llegará.
 
Hasta 2008 se invertía casi al 50% en deuda española y extranjera, con el principio básico de la diversificación que se sigue en todos los países de la Unión Europea, pero en 2012 el Gobierno vendió deuda alemana, francesa y holandesa para invertirlo casi todo en deuda española: 62.026, 61 millones de euros del Fondo de Reserva de la Seguridad Social para hacer frente a los 148.000 millones de deuda pública española. Hasta ahora, ningún gobierno se había atrevido a semejante órdago, jugándoselo todo a un sólo número. Para ello,  han tenido que cambiar precipitadamente las leyes que impedían semejante disparate. El Real Decreto 337/2004, articulaba que el Fondo de la Seguridad Social podía invertirse con “criterios de seguridad, rentabilidad y diversificación” y los tres principios fallan.

Fallan de forma tan clamorosa que España tiene que adquirir su propia deuda por las dificultades de colocarla en los mercados extranjeros. Están jugando a “la gallinita ciega”, pero con el dinero de los futuros pensionistas… ¿A quien le importa? Pues nada, lo dicho, por si alguien no se ha enterado todavía, unos desaprensivos han robado –¡ay que pena tan penosa!- en la casa de la  “princesa del pueblo”.

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