sábado, 3 de noviembre de 2012

SIGUE LA JUERGA




   Con 167.000  parados, el 33%, y un 38´2% de pobreza, la mayor tasa de España, en Extremadura continúa la juerga del despilfarro, aunque sea meramente testimonial, porque nuestra clase política parece empeñada en no pisar suelo. El grado de indolencia y desvergüenza hace que muchos capitostes permanezcan aferrados a una teta de la que ya no sale ni sangre, aunque ellos, como lechoncillos hambrientos, sigan succionando. Sólo así se entiende que después del teatro de la supresión de los  privilegios articulados para los ex presidentes de la Junta, con la materialización a bombo y platillo de un pleno de la Asamblea, que pomposamente acordó la anulación de cualquier canonjía material o económica, todo permanezca prácticamente igual año y medio después. Por este periódico nos hemos enterado de que el “extodo”, Rodríguez Ibarra, seis años después sigue disfrutando de su boato de príncipe del renacimiento, con sus escoltas, su coche oficial y tres personas a su servicio. Sigue y sigue y sigue.
 
Cuando este periódico hizo público el despropósito costosísimo de “la Oficina del ex presidente”, Ibarra montó una de sus habituales pataletas, asegurando que no volvería a pisarla. Pareció que se bajaba de la burra y que, por fin, asumía su papel de ciudadano, pero resulta que él se refería exclusivamente al espacio físico de la oficina, porque todo lo demás lo sigue manteniendo, a costa del erario público, pero enmascarado ahora en una fundación privada que, cómo no, lleva su nombre. ¡Qué gracioso, una fundación privada, pero asistida con personal pagado por todos los extremeños, que también sufragan el coche oficial que asiste al titular de la misma! O sea que, en este caso no sólo Ibarra por aceptar lo éticamente inaceptable, sino  PP, PSOE e IU que aprobaron el disparate, vienen a demostrar la incapacidad que tienen todos ellos para  separar lo público de lo privado. ¡Da lo mismo, lo mismo da!
 
El subterfugio de que aún no se ha efectuado, año y medio después, la liquidación acordada en la Asamblea, no mitiga la desvergüenza de uno y otros, porque por esa razón igual se podía haber llevado Ibarra a los tres empleados para que le asistan en las tareas domésticas de su casa, ya que tan privado es su domicilio como su fundación. También se sabe que la Asamblea vendió a Ibarra los equipos informáticos de la Oficina, costosísimos en su día, a un precio simbólico, algo que hasta puede resultar ilegal porque a nadie más se le dio la oportunidad de pujar por los mismos. Pero lo que entra directamente en el esperpento es la contradictoria postura de IU que hizo de este tema uno de los mandamientos para dejar gobernar al PP, que lo llevó y lo defendió en la Asamblea y que a la hora de la verdad no ha vuelto a preocuparse del tal “mandamiento”. Su representante en la Mesa votó favorablemente la adscripción de las tres personas al servicio de la fundación de Ibarra.

¿Mañana otros tantos para Monago? Todo un despropósito en un momento en el que muchos extremeños ya no encuentran asiento ni en los comedores sociales. ¡Sigue la juerga!

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