sábado, 10 de marzo de 2012

SIN ENGAÑO




No me siento engañado por los recortes del Gobierno porque sé que de dónde no hay no se puede sacar, y es urgente acabar con la tragicomedia de Zapatero, bajando el telón de una puñetera vez. No sólo no me considero engañado por las políticas de achiques presupuestarios y los lengüetazos a nuestra economía, sino que sé que a los recortes definidos se sumarán algunos más y no menos dolorosos, incluido el más grave, los 600.000 nuevos parados que vaticina el propio Gobierno. No es resignación, es realismo, es evidencia. Prefiero este “a cara de perro” que los ungüentos de los brotes verdes y demás monsergas. Rajoy no es milagrero, de él sólo podemos esperar un trabajo duro y, Dios lo quiera, honrado. Y que acierte. No lo busquemos haciendo brotar agua de una piedra, ni chasqueando los dedos para que nos llegue “el maná del desierto”. Ni subiéndose a un monte para reeditar el milagro de la multiplicación de panes y peces, porque lo que tiene son habas contadas. Lo de Churchill: “sangre, sudor y lágrimas”.

 El Gobierno está administrando una ruina, porque es una ruina lo que se ha encontrado. Nada untada con nada es nada, pero seguro que algunos dirán que eso es bueno porque no engorda ni sube el colesterol malo. Que los listos, entre los que están CC OO y UGT, den un paso al frente y nos expliquen cómo se hace pan sin fuego, sin cereales y sin agua, pero que los culpables directos de este desaguisado, incluidos UGT y CC OO, tengan la decencia de callarse un rato, porque ellos son los únicos que no pueden hablar, si no es para pedir perdón. ¿Qué van a tomar la calle? Si tuvieran vergüenza la que deberían tomar es la de Villadiego, y no detenerse ni para mirar de reojo. Tienen que subir los impuestos directos, los indirectos e incluso sacar de la chistera otros nuevos, porque la limonada la tienen que hacer exprimiendo la piel del limón, las hojas y hasta la corteza del limonero.

Asunto distinto es que no se puede igualar lo desigual y que Extremadura, castigada por el conformismo, sumisión y mansedumbre de nuestros dirigentes, no puede desde su situación soportar el mismo tirón que las demás CC AA, porque partimos de realidades diferentes y con unas condiciones muy desfavorables. ¿Qué hará la Junta? Lo anunciado: firme, saludo militar, tragar saliva, sonreír y cerrar el grifo, porque mientras algunos están exigiendo la independencia, aquí seguimos esperando la autonomía. Pero esto no debemos apuntarlo en el “debe” del Gobierno y sí en el “haber” de la Junta. Algún día habremos de analizar  estos cuentos de la maldita resignación.

¿Que esto es una catástrofe, una ruina generalizada, una agonía desde la que no se ve luz al final del túnel? Eso depende, porque la clase alta, los viejos generales, verán la guerra desde su atalaya, para que no les salpique la sangre. 14.000 euros mensuales, 7.000 por su condición de expresidente y otros 7.000 por estar en el invento del Consejo de Estado, garantizan a Zapatero seguir la tragedia con unos prismáticos… Aunque, como es tan listo, capaz es de ponérselos al revés.

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