miércoles, 28 de marzo de 2012

DOS SERIOS AVISOS


En política, como en el toreo, en un segundo puedes jugarte la femoral y muchas veces el éxito depende de un guiño aparentemente imperceptible, pero que llega al tendido y capta la atención del respetable. El gesto más afortunado de José Antonio Griñán, presidente de la Junta de Andalucía, fue evitar la coincidencia de las elecciones andaluzas con las generales, porque supo anticiparse a la cornada y ver el  desastre que les iba a deparar el morlaco que había engordado Zapatero.  Si las elecciones se hubieran celebrado conjuntamente el 20-N, Javier Arenas habría sacado la mayoría absoluta que necesita para gobernar, porque en Andalucía no puede contar con IU. Allí no mezclan el aceite y el agua. Los artificios de IU-Extremadura no son extrapolables a ninguna otra comunidad.

 El PSOE andaluz se puso a salvo del astado, pero ayudado por las medidas precipitadas  de Rajoy, por su falta de sutileza y precaución, aprobando en plena campaña electoral una reforma laboral que deja a la clase obrera a los pies de los caballos de la patronal. El resultado ya se sabe, Arenas ha fracasado porque con su aparente éxito no ha logrado el objetivo de dar un vuelco en Andalucía.  Sólo tres diputados, un punto, 43.742 votos separan al PP del PSOE y eso supone un descalabro que tendrá consecuencias inmediatas. El pasado domingo fue la fecha de caducidad de Javier Arenas, que, pese a su valía política, tendrá que buscar cobijo fuera de Andalucía. No es nuevo. Carlos Floriano, el candidato mejor preparado e intelectualmente más solvente del PP extremeño, también hizo la maletas, porque no tuvo la suerte de estar en el lugar adecuado en el momento oportuno.

 Andalucía, después de treinta años, seguirá en manos del PSOE y en Asturias no se ha aclarado nada. El Foro de Cascos se ha dejado tres o cuatro escaños en la gatera, el PP mantiene los suyos, el PSOE ha subido. IU se queda como estaba y UPyD, que ha logrado entrar en el Parlamento, puede, con un solo diputado, ser el árbitro de la decisión final. Foro y PP pueden llegar a la mayoría absoluta, aunque a Álvarez Cascos también le queda la opción de ceder y pactar con el PSOE. El PP, que se portó con él de forma torpe, desconsiderada, grosera y prepotente, perdió una comunidad que tenía ganada. Estará mucho tiempo pagando esa factura, porque los errores se pagan y los absolutos se pagan absolutamente.

 Bajando desde Asturias, o subiendo desde Andalucía, está Extremadura, con un Gobierno en minoría, el único del PP sostenido por IU, algo que chirría en la dirección federal de la coalición y en gran parte de su militancia. Situación esperpéntica que no puede sostenerse porque es ridículo oponerse a las políticas del PP y apoyarlas al mismo tiempo.  Esto acabará posiblemente en ruptura, con el relevo o la expulsión de algún diputado. Es el mejor escenario para un posibilista como  Monago, porque lograría así la mayoría absoluta que la urna le negó, sumando uno, dos o tres diputados más. “Gato negro o gato blanco… ¡lo importante es que cace ratones!”

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