sábado, 31 de diciembre de 2011

MAÑANA SERÁ OTRO AÑO


Se agota este año de pesadilla pasando el testigo a un año nuevo que no promete mejores sueños. En “Única mirando al mar”, el costarricense Fernando Contreras plantea la necesidad de generar sueños e ilusiones incluso para los que viven en y del estercolero, pero parece que en España hemos aparcado la lírica en favor de los parámetros económicos y apenas nos queda otro recurso que soportar resignadamente lo que nos ha de llegar, entregados, sin un atisbo de rebeldía. ¿Si los males no son remediables para qué aplicar terapias de complacencia? Esa parece la interrogante vital con la que el flamante ministro de Economía, Luis de Guindos, parece haber llegado a su ministerio. Después del espejismo de los “brotes verdes” que nunca brotaron, llega este sofista de “inteligencia práctica” y nos abre en canal con las perspectiva de que el año que entra será aún peor que el que se va… ¿Virgencita, Virgencita, déjanos como estamos?

De Guindo nos desea un próspero año nuevo con recesión, recorte inicial de 4000 millones y más paro, sin dejarnos resuello para la esperanza y sin la posibilidad remota de que podamos levantar el vuelo. Si el mal es tan irremediable, ¿para qué queremos un ministro de Economía? Un amigo que se mueve en las alturas y que opina desde una plataforma digital, me asegura que el ministro, pese al fatalismo de sus palabras, ha sido prudente, cauto y diplomático, porque lo peor se lo ha guardado para ir administrándolo poco a poco y evitando el dolor de una intervención sin anestesia: “Se recibiría muy mal en los mercados europeos que dijeran la verdad de lo que se han encontrado los nuevos ministros… Mariano Rajoy ha pedido el gota a gota para la administración de las malas noticias y, predicando con el ejemplo, ha hablado de recortes de 16.500 millones y no de 28.000”. O sea, que De Guindos se ha quedado corto en su vaticinio y mi amigo asegura que aún no ha salido a superficie la punta del iceberg.

¿Y qué puede ser peor que entrar de nuevo en recesión, recortando entre 16.500 y 28.000 millones, mientras crece el paro, se reducen aún más los créditos y prácticamente desaparece la pequeña y mediana empresa? Me explica que el gurú de la economía mundial y premio Nobel, Nouriel Roubini, segura que “la economía española no va a entrar en recesión porque lleva mucho tiempo en recesión, y la situación es tan extrema que el nuevo Gobierno no tiene recursos para realizar un cambio importante a corto plazo”. Roubini, que vaticinó la crisis un año antes de que explotara, asegura que el tiempo que perdió España negando la evidencia fue el desencadenante de la agonía actual. “España está tan lastrada por su situación que apenas tiene posibilidades de escapar del rescate en dos años…”

Bueno, mirémoslo en positivo porque en 2012 la solución estará más cerca. Mientras tanto asumamos solidariamente una situación que no puede caer exclusivamente sobre la cabeza de los más desfavorecidos. Si tenemos que apretarnos el cinturón, hagámoslo los que todavía tenemos cinturón… ¡Y próspero año nuevo!

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