jueves, 9 de junio de 2011

LA YENKA DE IZQUIERDA UNIDA



Vara espera en silencio y Monago espera confiado, mientras Escobar sigue con su interpretación de la yenka –izquierda/izquierda, derecha/derecha-, dando caderazos a diestra y siniestra y haciendo pompitas con el chicle que le ha caído en la boca. Pan para hoy y hambre para mañana, porque más que usando está abusando del momento mediático que la fortuna, o el infortunio, le han regalado. Hoy interesa un gesto de Escobar más que los discursos de Vara o Monago, pero esta situación, como los yogures, lleva la fecha de caducidad impresa en la tapa y en IU no deberían ignorar que el hartazgo, es la antesala del rechazo. ¡Somos muchos los que sabemos, desde la madrugada del pasado 23 de mayo, en qué rodillas se va a sentar Escobar y su IU cuando se canse de bailar la yenka!

En esta situación, inédita en Extremadura, el que menos se confunde es Vara con su silencio estratégico. Monago, mal asesorado y peor aconsejado, está dejando en el camino miguitas desafortunadas, como la de apear a Vara del tratamiento de presidente, si finalmente IU lo invita al baile presidencial, pero la verdad es que cabalga le legitimidad del ganador. El caso es que entre consultas, referendos, llamadas, sugerencias, opiniones, votaciones, odios, simpatías e inclinaciones, llevamos veinte días desayunando ocurrencias, como la de recordar por escrito a los concejales de IU que son de izquierda. ¿Qué tiempo tardaremos en pasar del estupor a la carcajada? ¿Se imaginan al arzobispo enviando cartas al convento para recordar a las monjas que son cristianas? ¡Ay, Pedro, como se evidencia el desconcierto que te produce “el momento Escobar” de popularidad sobrevenida! Qué difícil lo has puesto con el patatal de las consultas.

Si esta es la antesala de la legislatura que nos espera, mejor sería volver a las urnas para que ellas resuelvan el concurso de este mareante “¡danzad, danzad, malditos!” que nos ha caído encima. No está Extremadura para entretenimientos circenses a tres pistas, porque nuestra situación, que es dramática, exige seriedad en las ideas y rigor en los planteamientos. Es verdad que, aunque duela a los desprevenidos, el electorado elige a los diputados y son estos los que señalan al presidente, y que tan legítimo es gobernar con 32 votos como hacerlo con 30, si con apoyos se alcanza la mayoría absoluta. Pero esto no puede dilatarse hasta la frontera de la estulticia, que parece que es el camino que ha elegido IU.

De los tres diputados de IU, en los que se ha depositado el futuro de Extremadura, no se casi nada de Víctor Cascos, me cae bien Pedro Escobar y me consta la experiencia y el buen hacer de Alejandro Nogales, pero creo que se han confundido con la apertura asamblearia de las consultas y que la ingerencia de Cayo Lara ha abierto el frasco de la rebeldía en las bases. Aún así, ya deben ir cerrando el ciclo de la diversión porque Extremadura tiene problemas más serios que el “cara o cruz” de la moneda que IU sostienen el aire. ¡Estáis resultando cansinos y plastas!

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