viernes, 13 de mayo de 2011

PUNTO, PUNTO, PUNTO Y PUNTO


El rey ha visitado a su primo, el sultán de Marruecos que ejerce sus funciones como Mohamed VI, para solidarizarse con él tras el atentado que el pasado 28 de abril sufrió Marrakech. Se tratan familiarmente como “primos” y es lógico que en momentos de dolor, se visiten, se consuelen y se animen. En el atentado hubo diecisiete víctimas mortales, de las que ocho eran de nacionalidad francesa, lo que arañó notablemente la sensibilidad de nuestros vecinos del norte porque aunque todas las víctimas duelen, duelen más las que están más cerca. Punto.

El ministro de AAEE francés, tras una comprobación de urgencia, declaró que la autoría del atentado era de Al Qaeda y que sus autores materiales e ideológicos pagarían las consecuencias, porque las autoridades marroquíes había avanzado mucho en las pesquisas para localizar a los culpables. Ratificando lo manifestado por el ministro francés, la policía de Mohamed VI, también señaló a los esbirros de Bin Laden como los autores del atentado: “Tendrán nuestra respuesta”. Al Qaeda, demostrando un temor y nerviosismo hasta entonces desconocido, se apresuró a emitir un comunicado en el que negaba cualquier vínculo entre el atentado y la organización. Marruecos, es evidente, sabe mucho de Al Qaeda. Punto.

Cuatro días después del atentado de Marrakech, -¿mera coincidencia temporal?-, el mundo se despierta con la noticia de que Osama Bin Laden, el fundador y guía espiritual de Al Qaeda ha sido abatido en su residencia de Abbottabad, en Pakistán. EEUU anuncia la muerte del terrorista y es su presidente, Obama, el que, al filo de la madrugada, regala algunos detalles menores de la operación, asumiendo que ha sido suya la decisión de liquidar al autor de los atentados del 11-S: “Se ha hecho justicia, el mundo es un lugar más seguro, se ha concluido con éxito lo que planificábamos desde agosto pasado, bla, bla, bla y etc, etc, etc”. Punto.

Una hora después de la comparecencia de Obama, ya estaba en las páginas digitales de algunos periódicos la fotografía trucada del terrorista muerto. Era la primera de una cadena interminable de mentiras. Poco después llegaban los pormenores de la operación: EEUU había seguido la pista de un detenido en Guantánamo que, dos años antes y bajo tortura, había señalado a un correo de Bin Laden. Lo localizaron, lo controlaron y en agosto pasado, bingo, situaron al mismo Bin Laden en una casa aislada de Abbottabad. Desde agosto hasta mayo, -¡diez meses!-, estuvieron planificando la operación que acabó con la vida del terrorista, que estaba armado pero desarmado, que quiso huir pero que dormía, que estaba solo pero acompañado… El cadáver lo arrojaron al mar. Punto.

La presencia del rey, el primer jefe de Estado que visita Marruecos tras el atentado, indica claramente la normalización de las relaciones después de la crisis diplomática entre España y el país magrebí. El rey no visitaba Marruecos desde meses antes del atentado del 11-M. Madrid y Rabat vuelven a ser “primos”. En Marruecos han pasado la página del atentado… Esto no es más ficción que lo que nos han contado. Punto.

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