viernes, 6 de mayo de 2011

DEL 11-S AL 11-M



El 11 de septiembre pasado, diez años después de la locura del 11-S, estuve en Nueva York y, como otros dos millones de personas, visité aquel día la Zona Cero, el socavón que ocuparon las Torres Gemelas, el museo que han levantado, la iglesia de San Paul, de los primeros auxilios… Toda la zona es un mausoleo. Había dolor, infinito dolor, silencio, recogimiento y respeto, pero la resignación estaba ausente. Incluso los guías oficiales señalaban, con absoluta convicción, que EE.UU daría respuesta a todo aquello. Los norteamericanos son resolutivos y a la hora de las decisiones, como se ha visto ahora, no se paran en eufemismos y bendicen como un acto de justicia la ejecución de un terrorista, sentenciado en un despacho de la Casa Blanca. El propio Obama, con el pulgar hacia abajo, asumió la responsabilidad sin cortapisas: “Se ha hecho justicia”. Justicia sin jueces. ¿Es más justo, independiente, equitativo y fiable el Tribunal Constitucional español? ¡Ja!

Un alto responsable de la Seguridad Nacional norteamericana, lo ha dejado muy claro: “El presidente autorizó la operación y no había intención alguna de capturar vivo a Bin Laden. Era una operación diseñada para matarlo”. Nuestro particular 11-S, nos explotó un 11-M y se aprovechó electoralmente, enfangando los sentimientos, mintiendo, encubriendo, manipulando, borrando, removiendo las vísceras colectivas e incluso dividiendo a las propias víctimas, porque el objetivo inmediato era alcanzar el poder, aun a costa del terrorismo. Algún día, el PSOE pedirá perdón por todo aquello. En EE.UU no juegan con estos asuntos y a la hora de la verdad, igual da Bush que Obama, porque los dos tienen la misma bandera.

Creo que a Bin Laden lo han matado y no creo nada más. El envoltorio de la estrategia desde agosto, la milimétrica operación militar, resuelta en cuarenta y cinco minutos, los tres helicópteros transportando a un comando de élite, integrado por quince “rambos”, e incluso la paciente espera del premio Nobel de la Paz, hasta que le comunicaron el ansiado “Gerónimo EKIA”, forma parte de un guión cinematográfico para el que ya estarán buscando exteriores. Tampoco me creo que Bin Laden estuviera en una casa solitaria, valorada en un millón de dólares pero sin seguridad, plácidamente dormido, desprotegido y en compañía de sus mujeres e hijos. ¿Cómo pueden enterrar a alguien en el agua? Detalles menores. Seguro que en USA hace mucho que sabrían dónde esta el cadáver de Marta del Castillo, porque habrían montado una polifónica con los malasangres que la mataron. ¿A quienes deben proteger los Derechos Humanos? Pues eso.

Lo cierto es que desde aquel 11-S EEUU, sin ambigüedades, ha ido escribiendo el libreto de su particular concepto de la “alianza de civilizaciones”. La resolutiva ejecución de Bin Laden es apenas una frase de un guión inconcluso, pero también es un ejemplo de unidad, de ideas claras y de patriotismo colectivo. El pueblo norteamericano no perdonaría nunca que sus víctimas se utilizaran como casquería electoral…Hay mucha distancia entre el 11-S norteamericano y nuestro 11-M. Allí todas las víctimas son sus víctimas, porque los pueblos grandes no se cimentan en vilezas pequeñas.

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