domingo, 18 de octubre de 2009

ESCRIBIR ES UN RIESGO

Recibo un correo electrónico de “anónimo”: “Yo sabía que el Gürtel llegaría a Extremadura, pero no imaginaba que usted fuera el pringado. ¡Qué cinismo escribir lo que escribe y después ser un trincón más. ¿Nos lo contará en su próximo artículo? ¡Vaya cara que tiene, qué poca vergüenza!” Como no sabía de qué iba todo aquello y los correos de majarones abundan mucho, pasé a otra cosa y me olvidé del tema. Horas después paro en un semáforo y desde un coche, a mi altura, me indican que baje la ventanilla. Pensé que querían preguntarme algo y lo hice solícito, pero me congelaron la sonrisa porque se limitaron a ofenderme, llamándome mangante, trincón y cabronazo. “¡Ahora vas y lo cuentas en el periódico!” Después aceleraron y se fueron entre risotadas. No lo relacioné con el correo de “anónimo” y seguí mi camino, pensando que desde esta columna había pisado algún callo a alguien y esa era la respuesta. Horas más tarde me llaman Ignacio Sánchez Amor y Luciano Fernández (nobleza obliga) para alertarme de que en un confidencial, en elplural.com, me involucran en el caso Gürtel, con fotografía incluida. Poco después lo hizo José Antonio Monago. Fue muy gratificante comprobar que los tres partían de la premisa de que se trataba de un error del periódico.

Antes de que pudiera hacer alguna comprobación, me llamó mi hijo muy angustiado: “Papá, me dice un amigo de Onda Cero que en un periódico digital aseguran que tú estas en una corruptela, que has recibido mucho dinero y que, además, han colgado una foto tuya”. Efectivamente, el digital que dirige Enric Sopena, dedicaba casi todo su espacio al Gürtel y allí se hablaba de un Tomás Martín implicado en la trama por haber recibido 157.800 euros de El Bigote y sus amigos. Y para ilustrar la noticia, habían colgado una fotografía mía. Intenté contactar con el digital, pero en información de Telefónica no pudieron facilitarme ningún número. Les envié un fax y dos correos electrónicos, pero era festivo, día de la Hispanidad, y dos horas después la noticia seguía intacta. Al atardecer logro contactar telefónicamente con Enric Sopena, que se sorprende del error, pero que me asegura que lo corregirán de inmediato. El inmediato fueron otras dos horas, durante las que recibí siete llamadas más.

Sé que no hubo intencionalidad, que todo se debió a un error, porque en el sumario del Gürtel aparece un Tomás Martín y el infortunio via Internet, facilitó una fotografía mía. Mala suerte, acepto las disculpas de elplural.com y me olvido del tema, aunque ayer, con mucho cachondeito, me lo volvieron a recordar en una gasolinera, haciendo hincapié entre lo que hago y lo que escribo. No es la primera vez que me ocurre algo parecido. Cuando un señor apellidado Tamayo, diputado socialista de la Comunidad de Madrid, se negó a votar a Rafael Simancas como presidente, lo que posibilitó la elección de Esperanza Aguirre, la noticia ocupó titulares de portada en toda la prensa. En La Vanguardia y en El Correo de Andalucía tiraron de archivo y, mala suerte otra vez, encontraron también una foto mía que en el caso de El Correo de Andalucía, repitieron durante tres días consecutivos. No tiene importancia, pero estos errores sirven a lechuguinos y lechuguinas para sacar a pasear sus fobias y ponernos contra la pared por lo que escribimos. Escribir es un riesgo.

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