jueves, 18 de junio de 2009

ANUNCIOS POR PALABRAS


Casi todos los periódicos y revistas tienen su sección de “anuncios por palabras”, que reflejan las ofertas más variopintas del día. Sin salir de HOY, uno puede encontrar secciones dedicadas a motor, ofertas inmobiliarias, trabajo y academias, pero la más voluminosa es la de “otras secciones”, donde se incluye “relax”, la oferta reina, que ocupa más del 50% del espacio. En “relax” utilizan un lenguaje propio, escueto y muy directo, basado en los guiños, en los sobreentendidos y en la complicidad con los posibles clientes que, a juzgar por la voluminosa oferta, deben ser muchos. A base de sintetizar las ideas y exprimir el mensaje, logran elaborar un discurso completo en una sola palabra: “ardiente”, “necesitada” “ven” “tuya” “caliente”, “sabrosa”… Otros dan un paso más y caen en las matizaciones, pero expresadas como un trallazo de urgencia: “culito respingón”, “jovencita morbosa”,”madurita explosiva”, “morena caliente”, “rubia brasileña”.

Son telegramas que logran comunicar un mundo de fantasía a los usuarios, economizando texto y garantizando la inmediatez como un valor añadido. Las ofertantes saben que el cliente no quiere perder su tiempo en chácharas y zalamerías y hay alguna que se compromete casi al imposible: “En 20 segundos”. O sea, antes de sacar la cartera, antes de mirar el género y entre el hola y el adiós. Está muy claro que en este mundillo se prescinde de las fases previas y que alguno hasta puede aliviarse mientras el camarero vacía el cenicero. El tiempo es oro y si el tango predicaba “que 20 años no es nada”, Adriana lo reduce a 20 segundos, que es considerablemente menos. Todos los mensajes tienen sabor de urgencias y van directamente a lo que el usuario busca, aunque también los hay más prosaicas que se pierden en ofertas de risa “apasionadamente tuya” “busco hombre educado para sexo real”, “Karla, besucona, 160 pechos”… Esta Karla no debe ser la de “en 20 segundos”, porque desabrochar un sujetador de 160 senos debe pasar de la media hora.

Pero en estos mensajes también hay localismos, provincianismos y nacionalismos: “Don Benito, madurita complaciente”,”Villanovense cariñosa”, “Almendralejo, morbosa”, “Españolas guapas y simpáticas”, “Española auténtica”, “Francesa atrevida”, “Italiana alto standing”, “Madurita brasileña”. Para que la oferta sea completa, también tiene su importancia la cuestión racial, “Negrita, 18 añitos”, “Japonesas jóvenes”, “Leticia, portuguesa”, “Mulata brasileña”, “Jovencita puertorriqueña”. Tampoco faltan las que hacen un guiño romántico. “Tú y yo, a solas”, “Sola para ti”, “Te espero, llámame”. O las limpias: “higiene garantizada” Otras ofertan algo aparentemente insustancial, pero que seguro que saben lo que ofertan y porqué lo ofertan: “Recién llegada del Brasil”. Yo interpreto que aquí hay una especie de “ven, date prisa, estréname”. Y además de las que se clasifican como “alto standing”, están las culteranas: “Universitaria”, “enfermera”, “empresaria”, “separada culta”, “traductora” y muchas políglotas: “francés, griego y tailandés”. Vale.

Pero el mensaje más cifrado, el que envuelve la oferta en un aparente imposible, es “Primera vez”. Esta Adriana, debe andar inmaculada y se está reservando para el primer príncipe azul que llame a su timbre por 25 euros. Y hasta puede que haya un príncipe azul que acuda al reclamo, dispuesto a ser el primero, a estrenarla, aunque tenga que esperar a que pasen otros tres delante. Hay gente p´ató.

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