sábado, 20 de diciembre de 2008

CRÍTICA LITERARIA DE EL ENIGMA DE PONCIO PILATOS


Alfonso Nicolás García Ortiz
PILATOS, SEGÚN TAMAYO (HOY 7.12.08)

Desde que el periódico HOY me encargó hacer una selección de los artículos de Tomás Martín Tamayo, que finalmente se publicó como “222 Artículos de HOY” he seguido de cerca el hacer como columnista de un escritor que parece especialmente dotado para dar una visión personal del acontecer de cada día. Entre centenares de artículos, hice mi selección de los últimos seis años, procurando desechar las coincidencias y lugares comunes, aunque comprobé que contra lo que suele suceder, Martín Tamayo ni se repite ni se plagia y cada uno de sus artículos tiene vida propia. En ocasiones he encontrado publicados hasta tres artículos diferentes y el mismo día, en algunos medios digitales, en los que, pretendiéndolo o no, animaba la controversia, las adhesiones y las críticas más acaloradas de los lectores. Es decir, que Tamayo comunica, es leído, crea opinión y no pasa desapercibido. Entre mis alumnos es un clásico que analizan con lupa y el propio autor se sorprendería de las conclusiones a las que llegan.

Paralelamente a su condición de articulista, Tomás Martín Tamayo ha ido entregando cada dos o tres años una colección de cuentos de corte original, en los que mezclaba el humor y la ironía con lo erótico y el desgarro. Manuel Pecellín, que lo conoce, escribió en el prólogo para CUENTOS DE LA MALDITA RESIGNACIÓN: “En unos sobresale el lenguaje más desgarrador, en otros el más hondo lirismo. Realista en ocasiones, incluso próximo a la estética del surrealismo tremebundo”. En los cuentos como en los artículos, “Tamayo todo lo tamayiza”, en expresión certera de Julián Quirós, director de HOY, porque su estilo directo y punzante prescinde de los innecesario y va siempre a la diana que se ha marcado desde el principio, aunque no por esto deja de sorprender.

Pero no es del articulista o del escritor de narraciones breves de quien quiero hablar hoy, sino del novelista que de forma absolutamente sorpresiva se nos descubre en EL ENIGMA DE PONCIO PILATOS, porque la estructura compleja de la misma no parece una “òpera prima” y sólo se explica desde la experiencia innegable que le ha aportado al autor sus narraciones cortas y la voracidad que como lector tiene. Tamayo pone en primera persona a un narrador, Amasio Quilio, al que sitúa como un personaje contemporáneo que va relatando sus vivencias desde el descreimiento y el desconocimiento de la dimensión que iban a tener los acontecimientos por él vividos, aunque en algún momento se descubre y parece evidente que Amasio es el propio Tamayo.

Tamayo es un iconoclasta de libro y su rebeldía emana de su propia seguridad y de la visión adelantada que tiene de los casos y de las cosas. Inquieto y contumaz, es capaz de doblegar todas las dificultades con el impulso de la pasión que imprime a todo lo que toca, sea la política, el artículo, la narración corta, el cuento o la novela. Tamayo se involucra, toma partido, se alinea y como un día escribiera en un precioso poema el subdirector de ABC, Santiago Castelo, “Tomás Martín Tamayo cuando sangra convoca a la sangre /y que llegue cuánto antes,/ ansioso de que ponga color a la herida”.

Tampoco es diferente el Tamayo novelista y en esta apasionada y apasionante historia sobre Poncio Pilatos, hace causa común con el prefecto de Judea y rompe todas las ataduras que la tradición oral impone, presentando un Pilatos creíble, pero movido por hilos muy visibles que hacen de él una marioneta entre los intereses cruzados de unos sacerdotes, los del Sanedrín y la inquina impuesta desde el Senado romano al propretor de la zona para con su subordinado en Judea. Pero al margen de la peripecia de Poncio Pilatos, como eje central, Tamayo se adentra con perspicacia en el estudio sicológico de los personajes que acompañan la historia y logra fotografías magistrales de algunos de ellos. A Tiberio lo describe con tanto acierto literario que sería perfectamente reconocible si nos cruzáramos con él por la calle. Las intrigas políticas, el engranaje del poder y la corrupción, siempre presentes en el mundo literario de TMT, se esparcen aquí como semillas que encuentran un terreno adecuado para su desarrollo. Pero donde el novelista se muestra más creativo y literario es en la vida que presta a personajes imaginarios, como Antonina, la hija sordomuda de Pilatos, Quinto Cornelio, el centurión jefe, siempre temeroso y receloso y, sobre todo, en Rino Galo, un médico, arquitecto amante de los pájaros y las plantas que desposeído de toda ambición, acaba siendo en la novela un personaje tan principal como el propio protagonista.

Se recrean en la novela, brevemente, algunos pasajes conocidos de la vida de Jesús, al que se trata con respeto e intencionada indiferencia, porque el relator de toda la historia, Amasio Quilio, es un romano que, a vuelta de todo, no cree en nada y se muestra lineal, comparándolo a trechos con otro personaje, un mago, Morco de Pella, que como Jesús recorría los caminos haciendo prodigios y despertando los temores del Sanedrín. El conocido descreimiento de Tamayo no se ceba cuando se refiere al “predicador de túnica blanca”, tratándolo con respeto e in disimulada admiración.

La novela hace incursiones muy interesantes por la vida palaciega y cortesana, con datos de la vida en Roma y en Judea, las relaciones sociales, la gastronomía, las jerarquías en el poder y, sobre, los miedos razonables de estar en el sitio o al lado de la persona equivocada, porque las depuraciones podían llegar hasta escalones muy bajos. Con todos estos ingredientes y el estilo personal, casi inconfundible, del autor, creo que Tomás Martín Tamayo ha conseguido una novela que engancha desde las primeras páginas y que al final, como suele ocurrir con las lecturas placenteras, hasta se demandan más páginas.

El salto cualitativo de ha merecido el esfuerzo de los tres largos años que ha dedicado a la novela. Por último señalar que EL ENIGMA DE PONCIO PILATOS, ha sido editado por Tecnigraf, con el esmero que caracteriza a este sello en cada una de sus entregas, tiene un precio de 20 euros y está en talleres la segunda edición.

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