viernes, 14 de marzo de 2008

¡Ganó el Chikilicuatre!




¡La final estuvo muy reñida! Los candidatos defendieron sus propuestas, pero tal y como habían indicado los sondeos previos a la gran final, el Chikilicuatre, con su baile del Chiki-chiki, se impuso con autoridad. ¡Que se fastidien los sabidillos y remilgosos, porque España es soberana y si por votación popular hemos decidido que el “Chiki-chiki” nos represente, esa decisión debe ser aplaudida universalmente! ¡Dos y dos son cuatro si al votar no decidimos otra cosa! El Chikilicuatre, que antes había sido “El Gilipollas”, desafina, su estribillo daña el oído de un sordo, interpreta mal, el baile que propone es una horterada y la música es un ripio machacón e insustancial, pero... ¡A España le va el Chikilicuatre! ¡A nosotros nos gusta el baile del Chiki-chiki!

A la final llegó gente que lleva años trabajando, con propuestas serias que saben las preguntas y las respuestas, buscando una oportunidad para ofertar opciones distintas… Gente que con el empujoncito de la promoción podían llegar lejos, pero les faltaba el pellizco bufón y una vez más se ha demostrado que entre lo serio y el esperpento, aquí solemos apostar por lo gamberro. La letra del “Chiki-chiki” es estridente, salta de un tema a otro sin resolver ninguna rima y se adentra, con toda la seriedad de su intérprete, por vericuetos frikis, sin aportar nada, pero todas esas carencias son virtudes para el electorado que lo eligió. El apoyo mediático de una cadena de televisión y unos cuantos bufones arrojando pétalos a la originalidad del producto, desencadeno el “chikilicuatrismo” que saldrá al escenario representando a España.

Nuestro vocalista llegó, vio y venció, porque de él no se sabía nada y de la nada ha pasado a ser una estrella con luz propia y seguidores que lo aclaman. Comenzó como una broma, una especie de chiste visual para entretener sin complicaciones, pero la astracanada fue tomando cuerpo y entre risitas, empujones interesados y una eficaz promoción, el voto de la audiencia lo ha empujado para que nos represente. ¡Viva el Chikilicuatre, viva el Chiki-chiki!

A los españoles no nos pueden venir con exquisiteces vocales ni con partituras encorsetadas, porque somos modernos/as, aperturistos/as y rompedores/as. ¡España es la vanguardia del mundo mundial! Y que no nos fastidien, que si ponen reparos a nuestro Chikilicuatre. en la próxima ocasión podemos elegir a Manolo “el del bombo”.

Aquí no ponemos raparos al flautista de Hamelim y, aunque conozcamos el desenlace final del cuento, si alguien se pone delante de nosotros con una flauta o con una pandereta, lo seguimos porque nos va la marcha y el ruido. “Semos asina”

¿Que de quién estoy hablando? ¡Del Chikilicuatre, claro!

No hay comentarios: