viernes, 22 de febrero de 2008

Zapatero, talante y talento




Los micrófonos “cerrados” están empeñados en sacarle los colores a Zapatero. En una ocasión propagaron cómo Jordi Sevilla se ofrecía para darle unas clases de economía y Zapatero, que pone la misma cara cuando recibe un beso que un estacazo, se limitó a parpadear porque la evidencia de su desconocimiento no le dejaba otra salida. Ahora, más de los mismo, los micrófonos “cerrados” vuelven a mostrarnos la otra cara del afable Zapatero, el señor del talante, incapaz de decir veinte palabras seguidas sin incluir “paz”,”democracia”, “diálogo” y “consenso”. El buen señor parece seguir en el parvulario, en aquellas clases en las que el maestro proponía construir una frase con cuatro palabras y un verbo.

Ya de pié, con los hombros elevados, los brazos en horizontal, como si unos hilos invisibles dirigieran sus movimientos desde arriba, Iñaki Gabilondo le preguntó por los sondeos y Zapatero desplegó la estrategia real de la campaña socialista: tensionar y dramatizar: “nos conviene tensionar y la próxima semana yo comenzaré a dramatizar”. Todo un descubrimiento, porque muchos creíamos que se había quedado exclusivamente con “paz, democracia “diálogo” y consenso” y el desliz evidenciaba que también conocía “tensionar y dramatizar”, que hasta ahora eran los verbos con los que señalaban al perverso Partido Popular.

De momento, hasta que la imprudencia no descienda por la pendiente del olvido, el ejército de predicadores oficiales guarda silencio, porque el descuido de Zapatero ha desmontado la estrategia de la crispación de sus corifeos. Tanto tiempo, tanto esfuerzo, tanto empeño y tanta pasta gansa cobrada por propagar cómo el Partido Popular tensionaba y dramatizaba y ahora, de una sola tacada, Zapatero nos aclaraba que son el Gobierno, el PSOE y él mismo, los que crispan y dramatizan la vida política. Ahora toca tensionar

Se sabía que en el fondo de algunas de las acciones más sonoras de Zapatero sólo había crispación e intolerancia, porque ya habíamos probado el guiso de su talante, vía “educación para la ciudadanía”, “acuerdo parlamentario para dialogar con ETA”, “Ley de recuperación de la memoria histórica”, sin olvidar los estatutos a la carta porque, “el concepto de España es revisable” o a sus interlocutores para paz, Arnaldo Otegi, De Juana Chaos…

El señor trastabillado, de mirada azul-hielo y risa indefinible que, según consta, Alfonso Guerra definió como “bambi” y Felipe González como “bobo solemne”, ha demostrado que no era una cosa ni la otra y que tenía una hoja de ruta perfectamente marcada. Él y su talante son los que han sacado a pasear al espantajo de la Guerra Civil. “Divide España y vencerás” debería ser su eslogan de campaña.

¡Todo un hombre de paz!

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