domingo, 9 de diciembre de 2007

Hugo Chávez manda


Todo indica que la diplomacia española, que consiste en bajarse los pantalones ante cualquier bananero, sea el rey de Marruecos, Evo Morales o Hugo Chávez, está haciendo sus labores de tanteo para aplacar las iras del fanfarrón de Venezuela y sin llegar al extremo de que el Rey le pida perdón de forma explícita y televisada, bordear el asunto para “retomar el diálogo y la concordia entre dos pueblos que se quieren y se respetan”. De momento el Rey ya le ha enviado a Hugo Chávez una sincera felicitación por el limpio discurrir del pasado referéndum celebrado en Venezuela y Hugo Chávez a acogido la felicitación como “una buena señal”. El paso siguiente, un perdón a todas luces, será recibir al Príncipe, que ya le ha pedido una entrevista, para hacerle llegar un mensaje personal de su egregio padre. Si a esto se le añaden los guiños de sumisión pertinente, pues razones suficientes tendrá Hugo Chávez para perdonarnos por aquel aplaudido “¿por qué no te callas?” que tanto catapultó la figura del Rey.

¿Tantos intereses comerciales tiene España en Venezuela como para que tengamos que soportar los escupitajos del mayor cateto de Sudamérica? La pregunta, que formulaban ayer en una tertulia de televisión, es engañosa, porque el mayor interés de un pueblo es el de preservar su dignidad y, a todas luces, no lo estamos haciendo. No critico el silencio ante un charlatán, que puede ser la mejor respuesta, pero en la diplomacia internacional estas cosas tienen un alto precio y por eso se imponen las buenas formas y los exquisitos modales. Cuando Zapatero se sentó al paso de la bandera de EEUU no hubo ningún movimiento brusco por parte del ofendido. Recibió la bofetada y aparentemente no pasó nada, pero han pasado seis años y Zapatero se ira sin ser recibido en la Casa Blanca. El 86% de los norteamericanos, que no se caracterizan por su cultura geográfica, ignoran el dónde se encuentra España, pero no olvidan que su bandera fue despreciada aquí y la fotografía más recurrente que se exhibe en las cadenas de televisión para referirse a nosotros es la de Zapatero sentado al paso de su bandera.

¿De verdad tenemos que pedir permiso al Rey de Marruecos para que el de España pueda visitar Ceuta y Melilla? ¿Tenemos que ayudar económicamente a Evo Morales, que lo primero que hizo al llegar al poder fue atornillar a las empresas españolas?

Hugo Chávez ha acusado al Rey de estar detrás del golpe de estado que sufrió en Venezuela y no deja de señalarlo como el heredero de Franco, amén de mil burlas durante los dos últimos meses. La respuesta de España es felicitarlo, enviarle señales y guiños de complicidad y ahora pedirle hora para que pueda recibir al Príncipe... Puede que esto sea lo correcto pero ¿a qué vino entonces aquel “¿por qué no te callas?”? . Si nuestra misión es permanecer firmes antes estos tipos, lo mejor es no caer en la tentación de valentías extemporáneas que después tenemos que rectificar.

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