viernes, 16 de noviembre de 2007

Las soluciones de Miguelito Bosé


El intelecto de mayor trascendencia de la música española-universal, Miguelito Bosé, ha decidido suspender un concierto que NO iba a dar en Venezuela, en solidaridad con el Rey y contra Hugo Chávez y además ha mandado un serio aviso a los venezolanos: “Si quieren verme y oírme, que no voten a Hugo Chávez”. Este puede ser el final de don Hugo, porque no creo que en Venezuela soporten la ausencia de Miguelito, que es como el sol de la mañana que entra por la ventana, que entra por la ventana. Entre el presidente de la república venezolana y el bell canto y la fina estampa de Miguelito, seguro que la gente apostará por el amante bandido, porque no se concibe una vida sin ver y oír al de las faldas y, sobre todo, sin extasiarse con sus reflexiones filosóficas y sin que nos cuente otra vez que Picasso lo sentaba en su regazo.

Que tiemblen todos los papanatas caribeños, porque ahora el mundo cuenta con un arma verdaderamente destructiva de dictaduras y populismos banales: Miguelito Bosé. Él sólo puede acabar con el sarpullido mesiánico que está creciendo en Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Bolivia…Si en lugar de tanto embargo y tanta tontería hubieran acudido a las soluciones de Miguelito, Fidel Castro ya llevaría décadas fuera de Cuba y hasta los mismos iraquíes e iraníes habrían enseñado las puertas a sus respectivos sátrapas, con lo que nos habríamos ahorrado mucho sufrimiento y no pocos fracasos. Ni ONU, ni OTAN, ni perrito que ladre, la solución estaba en manos de Miguelito, que con una sencilla arenga puede resolver conflictos universales y expulsar a todos los que nos incordian: “O sois buenos o no canto”. Moratinos debería llevarlo siempre a su lado.

¿Lo de Israel y Palestina? Pues va don Miguelito y les da un ultimátum a ambos: “Si no os ponéis de acuerdo en una semana, os borro de mi lista de conciertos y no podréis verme ni oírme”. Conflicto resuelto. Él solito, con un sencillo ultimátum, puede ser el bálsamo reparador para tanta herida abierta como hay en el mundo. Miguelito es en sí mismo la bandera de la paz universal y donde él niega su presencia no crece la hierba.

Ahora, tras el órdago lanzado por don Miguelito Bosé al pueblo venezolano, Hugo Chávez no tiene escapatoria y la única salida que le queda es pedir perdón, “urbi et orbis”, y suplicar al vocalista-pensador y filósofo que no castigue a Venezuela con su ausencia y levante el veto que puede arruinar las ilusiones de todo el Caribe. De momento, desde que se han conocido las “soluciones Miguelito”, Daniel Ortega, Ebo Morales y hasta el mismo Fidel Castro han comenzado es escurrir el bulto y mirar para otro lado, que una cosa es la solidaridad y la simpatía que sienten hacia Hugo Chávez y otra bien distinta es la felicidad de sus pueblos. Felicidad que como bien saben jamás llegará si Miguelito escatima su presencia

¿Miguelito Bosé for president universal? ¡Bien, coño, bien ¡

jueves, 15 de noviembre de 2007

De charanga y pandereta


Antonio Machado, creo que con Miguel Hernández el poeta más rotundo de nuestra lengua, describió hace muchos años a “La España de charanga y pandereta”, que aún pervive, disfruta y se jalea con ruidos y musiquillas intrascendentes. ¿Qué puede hacerse cuando un pueblo que, como los ratones que seguían al flautista de Hamelin, está más pendiente de la charanga y la pedorrea que de la despensa de su casa y que hace más caso al ruido que a las nueces? España es un pueblo de gestos y desplantes toreros, de comadres y compadres que se contentan con el sustento que les da la charleta del bar y esa realidad, que ya describió Machado en “Del pasado efímero”, sigue siendo la constante que nos une en el ayer y el mañana. Malabarismo hortera, grandes gestos y grandes frases son parte esencial de nuestras constantes y por eso nos autodefinimos como un pueblo vitalista y alegre, siempre cerca de los extremos, siempre próximos a la sima, al sesteo y al desperezo.

¿Que por qué este inicio tan pesimista? La banal trifulca dialéctica entre el Rey, Zapatero, Hugo Chávez, Daniel Ortega y algún que otro grano de la misma espiga, ha evidenciado de nuevo que España, como Nicaragua, Cuba, Bolivia o Venezuela, se mueve por la impronta del orgullo y la pasión por los desplantes. El 93% de los españoles ignoraban que hubiera una “cumbre” iberoamericana y creo que aún subiría ese porcentaje si se preguntara sobre las dieciséis “cumbres” anteriores, pero un “quítate allá”, un “¿por qué no te callas?” entre mandatarios ha servido para que esa reunión, de repente, sea casi eje de nuestras vidas y motivo suficiente para que el sentimiento nos desborde, como la boda de una tonadillera y un torero. La mejor evidencia de que anduvimos por Sudamérica es que allí, como aquí, responden de igual forma a los resortes de la pasión y los desplantes toreros. Son excesivas las vísceras que ocupan nuestro cerebro y sólo así se explica que en Venezuela se admire a Chávez más por sus rancheras y corridos que por su política social. Y en España más de lo mismo.

El “¿por qué no te callas?” del Rey a Hugo Chávez, no puede ser motivo y justificación para relanzar la popularidad de uno o la impopularidad del otro, sin sobredimensionar lo anecdótico en detrimento de lo esencial. ¿Para qué era la “Cumbre”, cuales son los acuerdos tomados, qué aporta cada país, cual es la justificación y la filosofía de estos encuentros? A nadie le interesa porque lo único importante es la trifulca entre un parlanchín desmesurado y un Rey que lo es de España, pero que en aquel foro, como Jefe del Estado, estaba a la altura de muchos otros. Entre ellos Hugo Chávez, Daniel Ortega o Evo Morales, que se han apresurado a señalar que “el Rey de España ya no calla a ningún indio”.

Además resulta curioso que la respuesta popular es similar, aunque opuesta, en España que en Venezuela. Los medios oficialistas venezolanos están descendiendo incluso a los días de la Conquista, poniendo en cuestión la legitimidad de Hernán Cortes o Pizarro, y los españoles, cortados del mismo paño, hacen lo propio destacando la vacuidad de Hugo Chávez y la valentía y la gallarda intervención del Rey. Chávez ha aumentado su popularidad en Venezuela y en toda América latina y el Rey ve relanzada su figura y su aceptación en España, de tal forma que el 94% de los españoles aplauden con entusiasmo su “¿por qué no te callas?”, las cinco palabras más rentables y espontáneas que han salido de la boca del monarca en los últimos años.

En estas reflexiones a vuela pluma, no quiero entrar en las razones de uno u otros, sino señalar la pasión que solemos poner en lo superfluo y cómo asuntos de gravedad o largo alcance, se soslayan porque siempre es más fácil interpretar el gesto que el texto. En España tienen mucho tirón los carnavales porque la gente se cree las caretas. De todos modos si a Hugo Chávez le beneficia y al Rey le beneficia, parece equitativo felicitarlos a los dos, pero ¿qué hacían allí y cual es el cuerpo real de la anécdota? Silencio, sólo se oye el silencio.

sábado, 10 de noviembre de 2007

Consejera de la mala educación


No sé si la consejera de Educación pierde la compostura o simplemente es que no tiene compostura, pero el caso es que en cada pleno de la Asamblea de Extremadura nos monta su numerito con un histrionismo gesticular que denota poca seguridad y muy mala educación. Es de lo más negado que he visto en mi vida política y no entiendo cómo en sus propias filas no le enseñan algo de urbanidad para que pueda ahorrarse el soponcio y para ahorrarnos a los demás visión tan desastrosa de sus puestas en escena. Resulta extraño que otras consejeras, que están recién llegadas y que vienen de fuera del mundo político, sin antecedentes ni consecuentes, demuestren más temple, más cintura democrática y más tablas que esta consejera de la mala Educación, supuestamente forjada en la diatriba parlamentaria.

¿Por qué pierde los nervios, por qué se crispa tanto cada vez que le hacéis una pregunta?, me preguntaba un diputado de sus propias filas. La explicación más recurrente es que se sabe incapaz de llenar dignamente el traje de consejera y esa evidencia la pone de los nervios, pero también pueden tener cabida otros factores, como la mala educación. Habla atropelladamente, enfatiza ridículamente cada frase y utiliza un lenguaje de arrabal impropio en cualquier consejero, pero aún más impropio en alguien encargada de la Educación. Da grima imaginársela en algún foro de representación, donde tenga que tratar con otros consejeros ¿Qué pensarán de Extremadura viendo y oyendo a semejante embajadora? César Diez Solís, con el aplomo que le caracteriza, la rebautizó en el último pleno: “es ud. la consejera de la mala educación”

Es una pena que los plenos de la Asamblea no se retransmitan por el Canal extremeño, porque así podría ver Extremadura que la Educación está en manos de una consejera que mira con odio, con evidente inquina y que al final golpea el micrófono, pagano último de sus arrebatos. Y de su mala educación. Desde luego difícil lo tiene el presidente de la Junta si con gente así pretende vender una nueva imagen de la Junta y de Extremadura. La Educación y los docentes, -menos mal que le excluyeron la Universidad-, deberán tener mucha paciencia y pensar aquello tan resignado de que “no hay mal que cien años dure”. Triste panorama.