domingo, 11 de febrero de 2007

Matan moscas con el rabo


Después de los primeros capítulos me había desconectado de “El loco de la colina”, por su desvergonzado viraje socialistoide, posiblemente para pagar el peaje de tener programa en La 1, la que dicen que es la televisión de todos los españoles, pero que cada día apesta más por su partidismo y manipulación. El ramillete de entrevistados por “el loco”, que para mí que algo sí que lo está, suele tener un sesgo muy concreto y a base de repetir y repetirse aburre, pero en su última entrega se puso frente a un Andrés Pajares y como el personaje lo exigía, la entrevista creció hasta la delectación.

Ver y oír a dos personas inteligentes en complicidad y con gestos histriónicos, despellejar a la manada del “cuore” resultaba muy reconfortante, porque pocas veces se tiene la oportunidad de encontrar en un canal y en el espacio reducido de una mesa, a gente que ordeña con tanta maestría el tiempo televisivo. Parodiaron la escena de El Padrino, en la que un paisano acudía al “capo” para que lo liberara de la persecución de un enemigo y aquello resultó desternillante. Yo creo que fue la mejor interpretación que le he visto a Pajares. El ruego era para que El Padrino le diera pasaporte sin retorno al depravado de “Aquí hay tomate”, pero todo en sobreentendidos, señalando sin señalar y despellejando de forma inmisericorde a esa caterva de energúmenos/as, vividores, comedores de carroña que ahora pululan a todas horas por todas las cadenas.

El último recurso de toda esta canalla para matar moscas con el rabo, es el de sentar a cualquier sin sustancia ante un detector de mentiras e intentar sacar de él todas sus pestilencias pero, eso sí, aclarando a cada trecho que ellos son profesionales de la información, que son periodistas, que han pasado por una universidad… O sea, que se nota que tienen un complejazo enorme y que hasta ellos se avergüenzan de ser tan bajos y ejercer una profesión digna de forma tan rastrera. ¿Periodistas? Periodistas son los que ejercen el periodismo, los que aplican el rigor y la decencia en una profesión que esta gentuza embarra y empozoña. Un periodista, y conozco a muchos, puede tener una tendencia y, con absoluta honestidad, aplicar sus prisma personal a lo que dice, a lo que hace y a lo que escribe, pero lo esa pandilla de cotarras asilvestradas, aunque tengan el título, nada tiene que ver con el periodismo ni con la vergüenza. Lo de esta gentuza es pura bazofia.

Son unos depravados que denigran lo que tocan y que, como carroñeros que son, se alimentan de carroña. El Loco de la Colina se redimió a mis ojos con ese programa y Andrés Pajares demostró que, contra lo que dicen estos infames, tiene la cabeza muy bien esculpida. Les dieron de su medicina, pero con talento y sapiencia. ¡Un deleite!

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