sábado, 20 de mayo de 2006

Los camuflados


En la personalidad de los que escriben anónimos y opinan bajo el camuflaje de alguna cortina, debe haber una patología extraña, porque no se entiende el placer que pueden sacar violentando a una presunta víctima que los ignora u opinando sin atreverse a defender su opinión con nombre y apellidos. Pero el colmo de los colmos es que el camuflado, el escondido, el encapuchado, además de ocultarse cobardemente, se permita censurar a los que vamos por la vida poniendo la cara y firmando nuestros aciertos y errores.

Viene esto a cuento porque ahora, con mucho retraso, me entero de que tras solicitar al director de EXTREMADURA AL DIA que los que quisieran dar su opinión sobre mis artículos deberían identificarse, como lo hago yo, me llovieron chuzos de unos cuantos "escondidos", con la ridícula disculpa de que yo estaba cercenando la libertad de opinión.

Jamás he limitado la libertad de expresión nadie y defender la mía me ha costado y me cuesta cada día, porque son muchos los inconvenientes y zancadillas que hay que superar para ponerse delante del papel, o de la pantalla del ordenador para decir lo que uno piensa, con todo lo que eso conlleva. Opinar es un riesgo voluntario, porque nadie nos obliga, por eso resulta patético, ridículo y nauseabundo que algunos listos pretendan "nadar y guardar la ropa" opinando pero sin la contrapartida del riesgo consiguiente y sin comprometerse con lo que escriben. Personalmente agradezco a los que se toman la molestia de leerme, opinar o discrepar de mis argumentos, pero en igualdad de condiciones. Yo soy yo con todas las consecuencias, en todas las circunstancias, y asumo la responsabilidad de lo que digo y lo que hago, pero no tengo que tolerar el juego sucio de los que quieren estar sin estar, decir sin decir y opinar sin opinar, tirando la piedra y escondiendo la mano. Al final nada de lo que decimos sirve sino lleva el marchamo personal, el sello, la identificación. Ya se sabe que, en ocasiones, es más importante quien dice que lo que dice y, desde luego, no seré yo el que se pare a escuchar discursos desde detrás de un pasamontaña. Se supone que los embozados son los de ETA y me ofende que para discrepar conmigo tenga nadie que ocultarse. En el fondo yo creo que se ocultan de si mismo. Vamos, que les da vergüenza opinar lo que opinan y escribir lo que escriben.

Lo que yo pedí al director de EXTREMADURA AL DIA es tener respecto a los supuestos discrepantes los mismos derechos que ellos, es decir, saber quienes son, para que no haya agravios comparativos ni indefensión por mi parte. ¿Es esto cercenar la libertad? ¡Algunos hablan de libertad y no son capaces de salir de su jaula!

viernes, 5 de mayo de 2006

Ibarra no quiere ir a la carcel


Catorce sentencias firmes señalan en la Junta "prácticas irregulares, desviación de poder y vulneración del Ordenamiento Jurídico" en la concesión del gas a DICOGEXA. Está demostrado que se manipuló, que se torcieron los argumentos y las exigencias para facilitar la concesión y se sabe, claro, que el artífice de todas estas irregularidades es Manuel Amigo, el amigo de Ibarra que ya dio la vuelta al ruedo con el tema de las "vallas del paleto" y con el alquiler de sus casas a empresas a las que, como consejero, tutela...

Esta joya del gobierno de Ibarra, está salpicando a toda la Junta, pero por razones que no se entienden, sin ir más allá de la mera especulación de "favores mutuos", Ibarra no prescinde de él y lo deja avanzar en estas corruptelas, que la propia sentencia dice que "vulneran el ordenamiento jurídico".

Cualquier gobernante decente pondría a la Institución a salvo, dimitiendo, pero a Ibarra esto no le afecta. ¿Qué tiene que ocurrir en Extremadura para que Ibarra asuma su responsabilidad? ¿Es más importante Ibarra que la Junta? ¿Puede un gobierno democrático asumir "prácticas irregulares y desviación de poder" sin tomar ninguna medida?

La Junta, que preside el "incontaminado" Ibarra, ha aceptado todos los calificativos de la sentencia y no la ha recurrido, con lo que tenemos un gobierno cuestionado en su gestión por los propios tribunales de justicia, pero Ibarra, que ayer volvió a perder los papeles, sigue, "erre que erre", protegiendo a su consejero de Economía, Industria y Turismo. ¿Por qué? Ibarra no quiere que se sepa. Ibarra promete comisiones de investigación en la prensa, pero en 25 años no ha concedido ninguna.

Ahora tampoco. Ayer tuvo una buena oportunidad de lavar su imagen, pese a las sentencias, concediendo la comisión de investigación que se pedía, pero siguiendo su doctrina, Ibarra se opuso a que la comisión se aprobara y, a cambio, ofreció una imagen patética de su decaimiento y desconcierto político. Salió en tromba para acusar al PP de "mala sangre" porque, según él, "el PP lo quiere meter en la cárcel, como a Felipe González". ¿A qué tiene miedo Ibarra? Por lo que ayer dijo no ve descabellado acabar mal y eso es algo que nos pone a todos en estado de alerta. ¿Qué oculta y por qué saca la conclusión de que el PP quiere encerrarlo? ¿Lo ve posible? Cuando se le dijo que lo que hacía era "amparar y proteger las irregularidades de Manuel Amigo", cosa evidente, se desquició, perdió la compostura y quiso refugiarse en sus recursos dialécticos, pero los nervios lo traicionaron y afloró la imagen estrafalaria de un dictador caribeño, de alguien que ya no es capaz de distinguir entre lo público y lo privado y al que, como a un niño, le se ha cogido con la mano en el pastel. A mi me dio un poco de miedo, porque creo que si hubiera podido habría acabado con toda la oposición.

Manuel Amigo es un político desnortado, oxidado e incompetente, que cae en prácticas bochornosas y vulnera la legalidad, trampeando las concesiones y utilizando el dinero público de forma descarada, bochornosa. Y además ya se lo dicen desde los tribunales de justicia, pero Ibarra lo sostiene, aunque de "boquiqui", como hizo ayer, intente ponerse al margen del consejero "paleto". ¿Por qué? Enfadarse con el mensajero no es una explicación que explique nada y lo que debe hacer Ibarra es permitir que, con luz y taquígrafos, una comisión investigue esos "porqués" que no quiere, no puede o no se atreve a dar.

Manuel Amigo, ayer tuvo que oírlo desde la primera fila en la Asamblea, está contaminando a toda la Junta, a todo el grupo socialista y a todo el PSOE ¿Puede quedar al margen el que lo ampara, Ibarra; el presidente de la Junta, Ibarra; y el secretario general del PSOE, Ibarra? Inútil pretensión e infantil pataleta porque si hay cárcel es porque hay motivos para la cárcel y, en todo caso, serán los jueces los que lo manden a ella. Lo que es verdad, una verdad inapelable, es que al final todo se sabrá y que por muchos cortinajes que se interpongan, la verdad acabará floreciendo. ¿Por qué tiene miedo Ibarra?

Yo mismo, que tengo diferencias insalvables con él, he escrito y manifestado públicamente que creía en su honestidad, pero ahora, con este empecinamiento, con este arropamiento de las irregularidades, comienzo a cuestionármelo todo. Y por lo que ayer oí, también se lo cuestiona él.