viernes, 20 de mayo de 2005

Fuera de juego




Cada día somos más los que pensamos que a Ibarra sólo le queda ya el recurso de la soberbia. Hace unos días, un ex ministro de Felipe González, al que conozco y estimo por su cordura y equilibrio, me decía en voz baja y en tono confidencial: “Ibarra está fuera de juego. Hoy es un incordio para todos, pero sobre todo es un incordio para el PSOE”. Yo creo que es un buen análisis porque define exactamente la situación del presidente autonómico mas vetusto de la Europa comunitaria. Ibarra es un remedo de político, es un remedo de dirigente e incluso es un remedo de persona, aunque al socaire de la pasta que mal distribuye, casi todos los medios de comunicación le bailan el agua. Poderoso caballero, es don dinero. Peter Sellers decía que “la mayoría de la gente chapotea en la mierda si dentro se enconden unos euros”. Es el caso peripatético de esta burla de caudillo al que muchos le siguen con el cirio, pero deseando poder darle con el cirio en la cabeza. ¡Qué chascos se va a llevar Ibarra el día que deje de repartir!

Y es que todos los dictadores concluyen por atesorar los mismos vicios, los mismos tics y la misma egolatría, porque el poder absoluto, además de corromper, embrutece absolutamente. ¿Lo que dice el ex ministro de Felipe González no cabe también decirlo de, por ejemplo, Fidel Castro? Veamos: “Fidel Castro está fuera de juego. Hoy es un incordio para todos, pero sobre todo es un incordio para Cuba”. ¡Perfecto, un traje hecho a medida! Pero estos tipillos que se amamantan de petulancia, engreimiento y soberbia, no captan jamás que más que soluciones lo que aportan son problemas.

¿Alguien recuerda una sola propuesta positiva de Ibarra? Ni una, lo suyo es la gresca y si elabora una propuesta es siempre contra alguien. Contra los bancos, contra la nobleza, contra los nacionalistas, contra los farmacéuticos, contra la pequeña empresa, contra los maestros, contra los trabajadores o, como ahora, contra todos los que no aceptan con disciplina militar su capricho refinero. La última de Ibarra, el huracán progresista (me da la risa incluso cuando lo escribo), ha sido dar instrucciones a la delegada del Gobierno para que multe a los que silbaron y abuchearon a secretario de organización del PSOE y alcalde de Villafranca de los Barros, Ramón Ropero. 301 euros (más de 50.000 pesetas) es la pena que Ibarra, en primera instancia, coloca a cada silbador/a. La delegada del Gobierno es una ignorante de su oficio, a la que desde aquí silbo y abucheo. Y por si eso fuera`poco, también silbo y abucheo a Ramón Ropero y a Ibarra. Silbo y abucheo a todos los dictadores, a todos los tipillos que, como estos, se creen el ombligo del mundo y silbo y abucheo a los que han olvidado que estamos en un sistema democrático y que a los pueblos no se les puede silenciar ni con amenazas ni con voces. ¿Cuántas sanciones habría que ponerle a Ibarra por las burradas que dice en cada esquina? ¿Qué sanción administrativa me pondrán a mi por reirme, silbar y abuchear a toda estas prendas? ¡Dios, que olor a mierda!

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